¿Para qué una arquitectura empresarial en una reingeniería de procesos?

arquitectura empresarial

En el artículo anterior de este blog intentamos explicar lo que es una arquitectura empresarial. Ahora nos centramos en su utilidad: ¿Para qué una arquitectura empresarial?

 

Recordamos que hablábamos de que una arquitectura empresarial era un marco conceptual que explicaba la estructura y funcionamiento de una empresa. Y que, en nuestra visión, siete eran los elementos que conformaban esa arquitectura empresarial, siendo nucleares, casi obligatorios, los cuatro primeros y convenientes o complementarios los tres últimos:

 

  • Mapa de organización (nuclear)
  • Mapa de procesos de negocio (nuclear)
  • Mapa de sistemas (nuclear)
  • Mapa de información (nuclear)
  • Modelo de negocio (complementario)
  • Porfolio de productos y servicios (complementario)
  • Mapa de tecnologías (complementario)

 

Los cuatro elementos nucleares, a saber, mapa de organización, mapa de procesos, mapa de sistemas y mapa de información tienen una clara relación con la reingeniería de procesos.

 

Hablemos ahora de su utilidad en el ámbito de una reaingeniería.

 

La utilidad de los modelos nucleares

 

Mapa de procesos

 

En primer lugar, y el más fácil de entender, el mapa de procesos. Una reingeniería de procesos se centra, precisamente, en esos procesos de negocio. El mapa de procesos actúa como la descripción en un primer nivel de detalle de los procesos de una compañía y sus relaciones.

 

Si ya existe previamente a la reingeniería, será un ‘input‘ evidente en el levantamiento (identificación, modelado y análisis) de los procesos actuales (AS-IS). Y si no existe, será, precisamente, uno de los primeros pasos en la labor de reingeniería.

 

Cuando definamos los procesos del futuro (TO-BE) ese mapa puede verse o no afectado dependiendo de en qué nivel de detalle se produzcan los cambios de procesos. En cualquier caso, finalizada la reingeniería, el mapa de procesos final será un entregable evidente de esa reingeniería. El mapa de procesos es un elemento intrínseco a una reingeniería así que lo necesitaríamos, incluso aunque no nos planteásemos definir una arquitectura empresarial.

 

Mapa de organización

 

No resulta tampoco difícil entender el papel del mapa de organización. Las tareas y actividades de un proceso son realizadas con frecuencia por personas, que ejercen unos roles y pertenecen a unas unidades organizativas, jerárquicas o funcionales. Incluso las tareas que son automáticas, deben realizarse ‘en nombre de‘ o ‘bajo la responsabilidad de‘ un rol o unidad organizativa.  El mapa de organización, pues, identifica las unidades y ubica los roles, que participan en los procesos.

 

Y el manual de funciones que puede acompañar al mapa de organización se corresponde en buena medida con esas tareas y funciones que realizan las unidades de la organización. Además, una reingeniería, caso de ser profunda, puede afectar no sólo a los procesos sino también a la propia organización (recuérdese que algunas de las estrategias de mejora de procesos hacían referencia a la organización). Por todo ello, el mapa de organización debe existir y ser coherente con los procesos de negocio, tanto en la situación de partida (AS-IS) como en la objetivo (TO-BE).

 

Los dos elementos anteriores, mapa de procesos y organización, son tan evidentes, que casi no había lugar a la discusión. Los dos siguientes necesitan algo más de explicación, pero tampoco será dif´ícil de comprender su utilidad/necesidad.

 

Mapa de sistemas

 

La argumentación en favor de la necesidad de un mapa de sistemas es inicialmente parecida a la relativa al mapa de organización. Hoy en día es casi inconcebible hablar de procesos sin que existan unos sistemas que los soporten, al menos parcialmente.

 

Muchas de las tareas que realizan las personas se llevan a cabo sobre un sistema de información o bien dejan trazas en él de la tarea realizada y los datos obtenidos. Y las tareas automáticas, por definición, se ejecutan sobre un sistema.

 

Por tanto, en la descripción de un procesos de negocio resulta hoy en día casi imprescindible identificar sobre qué sistema de información se realizan o dejan traza las tareas que componen los procesos. Además, un sistema puede condicionar los cambios que podemos hacer en un proceso o, más bien, la facilidad o dificultad de implantar esos cambios. En esa línea, una utilidad no menor de disponer de un mapa de sistemas es poder identificar a qué sistemas afectan los cambios de proceso que proponemos. Esa afectación tiene rerpercusiones evidentes en el coste y tiempo de llevar a cabo esos cambios y es, por tanto, un criterio de decisión.

 

Mapa de información

 

De los cuatro elementos obligatorios de la arquitectura empresarial, el menos común en la realidad de las empresas y el menos evidente es, probablemente, el mapa de información.

 

Disponer de un mapa de información nos ayuda a entender dónde podemos encontrar los datos de cara a realizar un informe o un análisis. Esa utilidad es independiente de una reingeniería de procesos.

 

Sin embargo, en el ámbito ya de una reingeniería, dado que es casi inevitable que afecte a los sistemas de información, debe realizarse de forma que se simplifique y mejore el gobierno y calidad de los datos.

 

Debe definir con claridad, y concentrándola en el menor número de procesos y actividades posible, dónde se crean o modifican los datos clave para la empresa. En ese sentido, es muy deseable que, caso de que exista en la empresa una política de master data management, exista un trabajo conjunto con la iniciativa de reingeniería para clarificar y establecer políticas de maestría de datos (organizativa y en sistemas).

 

Aunque disponer de un mapa de información actualizado es, probablemente, la tarea más compleja del establecimiento de una arquitectura empresarial, sus réditos pueden ser importantísimos especialmente hoy en día que, dado el auge de disciplinas como el Big Data o el Machine Learning, caminamos hacia organizaciones data-centric o data-driven.

 

La utilidad de los modelos complementarios

 

Los otros elementos son útiles pero en general sirven más bien como contexto.

 

El modelo de negocio es siempre interesante como información de contexto, pero se convierte en muy importante si la reingeniería va a ser tan profunda que va a afectar a ese modelo de negocio. En ese caso, deberíamos también de disponer de ese modelo de negocio tanto en su versi`ón AS-IS como TO-BE, al igual que en el caso de los modelos vistos hasta ahora.

 

La información del mapa de tecnologías es interesante teniendo en cuenta que, con casi total probabilidad, la reingeniería va a modificar los sistemas de información y, eventualmente, el mapa de sistemas. Si como consecuencia de la reingeniería se hace conveniente implantar un nuevo sistema, conviene disponer de la información de las arquitecturas y tecnologías ya presentes en la compañía para tomar una decisión coherente con esa situación.

 

Finalmente, la información del porfolio de productos y servicios actúa en la mayoría de los casos, simplemente como contexto. Aunque, en el caso de reingeniería de procesos que afecte a los procesos comerciales o de relación con el cliente, puede condicionar algún detalle. Igualmente, si acompañando a la reingeniería de procesos se está realizando una transformación digital que afecte a ese porfolio, muy especialmente si se están incluyendo elementos digitales en los productos y servicios, es probable que los procesos que los gestionan cambien también.

 

Vale la pena

 

Es preciso saber y reconocer que establecer una arquitectura empresarial completa y coherente, precisa un esfuerzo. Y mantenerla al día también. Sin embargo, los beneficios de cara a una reingeniería, como hemos visto, son muy, muy grandes y la hacen casi imprescindible. Más allá de la reingeniería, una arquitectura empresarial clara, documentada y actualizada puede ser un tesoro para la gestión de las compañías digitales.

 

Nosotros creemos que el esfuerzo vale la pena.

 

Concepto y elementos de una arquitectura empresarial

arquitectura empresarial

La idea de arquitectura empresarial tiene ya un largo recorrido y es importante para proyectos ambiciosos de reingeniería y transformación digital. Sin embargo no es, probablemente, ni muy conocida ni tampoco suficientemente aplicada.

 

Es cierto que la idea de arquitectura empresarial probablemente sólo tenga pleno sentido cuando tenemos la intención y capacidad de contemplar y gestionar la empresa en su conjunto, y realizar transformaciones de calado especialmente en las dimensiones de organización, procesos y sistemas.

 

Y es bastante cierto también que no ha llegado a consolidarse suficientemente ningún estándar en el mercado siendo qui´za lo más parecido a ese respecto las aportaciones de TOGAF y su método ADM.

 

De todas formas, ya volveremos en un siguiente artículo a razonar sobre la utilidad y aplicabilidad de una arquitectura empresarial. En éste sólo vamos a intentar proporcionar algo parecido a una definición e identificar los elementos que componen esa arquitectura empresarial. En ambos cometidos, y a sabiendas de que no hay ni definiciones ni estándares ampliamente aceptados, aportaremos nuestra particular visión al respecto.

 

De una forma sencilla, podemos decir que:

 

Una arquitectura empresarial es un marco conceptual que explica la estructuración y funcionamiento de una organización.

 

Seguramente, para quien nunca se haya tropezado con este concepto la definición anterior parezca vaga. Y en cierto modo lo es, pero no es fácil dar con otra que sea correcta y al tiempo sencilla. Mejor que eso probablemente sea conocer sus componentes y cómo se debe usar.

 

En nuestro entendimiento, una arquitectura empresarial debe incluir los siguientes elementos:

  • Mapa de organización
  • Mapa de procesos de negocio
  • Mapa de sistemas
  • Mapa de Información

 

Veamos algo más de cada uno de esos elementos.

 

Mapa de organización

 

Éste es, quizá, el elemento más sencillo de conseguir y entender en la práctica.  Se trata de un dibujo o modelo de la estructura de organización en sus vertientes jerárquica y funcional.

 

Por un lado, una estructura jerárquica (lo que, familiarmente llamaríamos el organigrama) donde se reflejan unidades organizativas, cadenas de mando y responsabilidades.

 

Por otro lado una estructura funcional que complementa la anterior y que identifica grupos operativos o de trabajo para la ejecución de tareas que no constan en la organizaci´ón jerárquica. Con frecuencia, la estructura jerárquica y funcional son coincidentes. Sin embargo, existen situaciones en que no es así y, en ese caso, debemos también disponer de la organización funcional. Algunos casos en que pueden no coincidir completamente la estructura jerárquica y la funcional serían, por ejemplo:

 

  • La organización jerárquica no llega a suficiente nivel de detalle (quizá porque no existe ningún mando o directivo específico) y existen grupos operativos o de trabajo relevantes para los procesos y la operación, que no constan en la organización jerárquica.
  • La organización no es una jerarquía simple sino que existen dependencias múltiples y complejas como en organizaciones matriciales o en red.
  • etc

 

Es conveniente que el mero dibujo e identificación de unidades y dependencias entre ellas, venga acompañado por lo que denominaremos un manual de funciones, es decir, una descripción somera pero clara de las responsabilidades y actividades de esas unidades. Ese manual de funciones debe de ser, además, coherente con el mapa de procesos de negocio del que tratamos a continuación.

 

Mapa de procesos

 

Se trata de un esquema de alto nivel de los procesos de negocio que se ejecutan en la compañía. Cuando estamos en el ámbito de una arquitectura empresarial no es preciso bajar a un modelado detallado de procesos sino más bien, sino una identificación en un primer nivel de detalle, una descripción de alto nivel del proceso, sus entradas y salidas y los otros procesos del mapa con que interacciona.

 

Aunque el mapa de procesos que se incluye en una arquitectura empresarial es de alto nivel, es muy importante que cualquier modelado de mayor nivel de detalle sea plenamente consistente con el mapa de alto nivel y se desarrolle sólo a modo de ‘zoom’ de este mapa de procesos de la arquitectura.

 

Mapa de Sistemas

 

Tanto los procesos de negocio en su mayor parte, como la información de la compañía se soporta hoy en día sobre sistemas de información.

 

Es importante disponer de un mapa de sistemas. En el mapa de sistemas se identificarán todos los sistemas que soportan el funcionamiento de la compañía, las interacciones y las interacciones fundamentales entre ellos,

 

De cada sistema deberemos saber, al menos, un esbozo de alto nivel de su funcionalidad, sus interacciones principales con otros sistemas y los elementos de información que gestiona.

 

Como en todo lo que tiene que ver con la arquitectura empresarial es muy importante la coherencia. Dado que los sistemas soportan los procesos las piezas deben encajar perfectamente. De igual manera, dado que los sistemas almacenan y consultan información, el mapa de sistemas debe ser plenamente coherente con el elemento que veremos a continuación, el mapa de información.

 

Mapa de Información

 

El mapa de información, que siempre ha sido relevante, cobra mucha mayor importancia hoy en día con el auge de las tecnologías muy basadas en datos (Big Data, Machine Learning, etc)

 

Lo que contiene un mapa de información es una identificación de las entidades de información fundamentales que se manejan en la compañía como, por ejemplo: clientes, productos, facturas, pedidos, etc, los principales datos asociados a ellas y sus relaciones.

 

Por cada entidad de información hay que identificar los procesos y sistemas que las gestionan, distinguiendo, además, si esa gestión es creación de la información, modificación, consulta o borrado.

 

Y, de nuevo, con una llamada a la coherencia y al rigor. Coherencia porque lo que se diga en cuanto a la generación y uso de la información en procesos y sistemas debe ser coherente con lo identificado en el mapa de procesos y el de sistemas. Y rigor, porque, al igual que ocurre en los procesos, el mapa de información se desarrolla luego en mayores niveles de detalle llegando a mapear a entidades y tablas de bases de datos.

 

Otra información interesante

 

No lo consideramos plenamente integrado dentro de la arquitectura empresarial pero, cuando se va a acometer un cambio importante, una reingeniería o transformación digital, conviene que, acompañando a la arquitectura empresarial dispongamos del modelo de negocio (típicamente realizado con el lienzo de modelo de negocio), una descripción del porfolio de productos y servicios y un censo de las tecnologías más relevantes usadas en el mapa de sistemas.

 

***

 

Entendemos que no es fácil empaparse a la primera del significado y utilidad de una arquitectura empresarial pero estamos convencidos de que merece la pena. Esperamos que este artículo proporcione una primera aproximación o , al menos, que despierte en el lector el interés por el tema.

 

En el próximo post explicaremos un poco más su importancia y cómo se utiliza y seguro que entonces se entenderá mejor. Hasta entonces.